A ‘bullear’


20 de noviembre, 2017
Denise Dresser

Enrique Peña Nieto se siente asediado, acorralado, injustamente criticado. La sociedad civil lo bullea. Lo señala. Le exige.

Y en lugar de reconocer los errores y comprometerse a corregirlos, culpa a las víctimas del mal desempeño gubernamental. Esos ciudadanos tan quejumbrosos, tan malagradecidos que deberían aplaudir y vitorear su sexenio. Pero para el Presidente acosado va un recordatorio: él es empleado de quienes -vía los impuestos- pagan su sueldo y tienen derecho a resaltar lo que no funciona, lo que no sirve, las decisiones y omisiones que han llevado a que sólo cuente con 7 por ciento de aprobación.

Si la exigencia, en su mente, es acoso, entonces asumámonos como acosadores. Si la demanda legítima, en su cabeza, es maltrato, entonces a bullear. Porque hay tantas razones para hacerlo.

1) A bullear a Enrique Peña Nieto porque ha gastado 38 mil 247 millones de pesos en publicidad oficial para promover su imagen, domesticar a los medios y manipular a la opinión pública. Esos recursos -equivalentes a lo presupuestado para la reconstrucción post-sismos- podrían haberse destinado a hospitales o escuelas. Pero en lugar de ello financiaron spots y espectaculares y primeras planas a modo en los principales periódicos del país.

A bullear al Congreso para que repare la omisión legislativa en la que incurrió al no regular la publicidad oficial. La Suprema Corte acaba de exhibir esa omisión y girar instrucciones al Poder Legislativo para que haga la tarea que le corresponde antes del 30 de abril de 2018.

2) A bullear a la administración atlacomulquense porque ha solapado la cuatitud corrupta a niveles nunca vistos, ha auspiciado el pillaje sin pudor. El ejemplo más reciente: la revelación de Reforma sobre cómo un puñado de empresas constructoras hidalguenses cercanas a Osorio Chong y Murillo Karam ha obtenido múltiples contratos, enriqueciéndose y enriqueciéndolos. Nuevamente, los consentidos, beneficiarios de adjudicaciones amañadas y licitaciones a la medida.

3) A bullear a los senadores del PRI, del Partido Verde y los #Rebeldes del PAN, que votaron para quitar el candado que prohibía la postulación de un político para dirigir la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales, y así asegurar su autonomía de los partidos. Al remover el candado, el PRI y sus aliados buscarán nombrar a alguien que los proteja, y evitar que alguien los investigue.

4) A bullear al Congreso para que vote a favor de una reforma integral al artículo 102 constitucional, con el objetivo de construir una Fiscalía General autónoma, eficiente y eficaz, capaz de reemplazar a una PGR viciada. Antes de votar nombramientos para liderar una institución, deberían votar lineamientos para asegurar que esa institución funcione. Antes de nombrar fiscales habría que sentar los cimientos de la Fiscalía.

Sólo así habrá funcionarios investigados, ex directores de Pemex indiciados, políticos sobornados por Odebrecht encarcelados. Sólo así sabremos el destino de los 7 mil 670 millones de pesos desviados por 11 dependencias del gobierno federal a empresas fantasma en un operación conocida como “La Estafa Maestra”. Sólo así sabremos a dónde fue a parar ese dinero y quién se lo embolsó.

5) A bullear a los representantes del Estado mexicano que intentaron lavarse las manos en la audiencia ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, donde 11 mujeres fueron a rendir testimonio sobre la tortura sexual que padecieron durante el operativo en Atenco en 2006. A exigir que haya un reconocimiento de responsabilidades, acusados, condenados y reparación integral a las víctimas.

6) A bullear a los partidos de oposición para que no aprueben legislación encaminada a perpetuar la presencia del Ejército en las calles, y en lugar de ello centren la atención donde debería estar: el retiro escalonado de las Fuerzas Armadas y el fortalecimiento de policías municipales y estatales.

A bullear a los gobernadores que han subcontratado la seguridad pública al Ejército en vez de entrenar y financiar y profesionalizar policías.

A bullear a los responsables del país de fosas, el país de feminicidios, el país de desaparecidos.

A bullear entonces todos los días, de múltiples maneras a los artífices del México roto. Porque los buenos gobiernos se construyen a base de buenos ciudadanos y aunque el Presidente piense lo contrario, sólo los bullies lo son.