Patada al PRI


29 de mayo, 2017
Denise Dresser

Razones para no votar por el PRI, en el Estado de México o cualquier otro lugar:

1) Romper el ciclo de corrupción e impunidad que nació en Atlacomulco y se ha vuelto un modus operandi a lo largo del país.

2) Arrebatarle al PRI una de las fuentes principales de financiamiento y enriquecimiento de las cuales se vale para perpetuarse en el poder.

3) Demostrar que la ciudadanización es capaz de derrotar al clientelismo; que la inteligencia libre se impone a la compra de voto; que los mexicanos son participantes y no sólo recipientes.

4) Acabar con todo aquello que el movimiento “Ahora” ha exhibido: las maniobras entre funcionarios y constructoras para desviar recursos de forma ilegal con el objetivo de comprar conciencias y elecciones.

5) Evidenciar a los miembros del gabinete -José Narro, José Antonio Meade, Luis Miranda- que ayudaron a convertir a la elección del Estado de México en una elección de Estado, violando la equidad electoral, violando la ética, violando la ley.

6) Aprovechar la alternancia como una oportunidad para investigar las penurias de gobiernos pasados, abriendo investigaciones que esclarezcan el mal uso del erario y la corrupción compartida entre sus usufructuarios.

7) Castigar a Arturo Montiel y a quienes han usado al estado como un vehículo para el enriquecimiento personal.

8) Destapar la cloaca en la cual se han llevado a cabo operaciones financieras irregulares en el Viaducto Bicentenario y el Circuito Exterior mexiquense.

9) Obligar al INE a rendir cuentas sobre su silencio en torno a la compra de voto.

10) Callar al presidente del PRI, Enrique Ochoa Reza, quien no cesa de mentir, tergiversar, manipular.

11) Enviar un mensaje de rechazo a Enrique Peña Nieto sobre su gobierno fallido, su gobierno corrupto, su gobierno ineficaz y colocar piedras en el camino del PRI rumbo a la elección presidencial del 2018. Convertir la elección en un referéndum sobre la gestión de Eruviel Ávila y lo que deja tras de sí: un estado inseguro, un estado empobrecido, un estado expoliado.

12) Abrir la posibilidad de investigaciones en torno al financiamiento ilegal vía el Estado de México a la campaña presidencial de Enrique Peña Nieto.

13) Castigar al partido que ha dominado al Estado de México durante 90 años y ahí los resultados: feminicidios y violencia al alza, prosperidad a la baja, 49.6 por ciento de la población en pobreza.

14) Propinar un empellón al partido que durante las décadas que ha gobernado la entidad no ha podido abatir la miseria en sus calles; más bien la ha exacerbado.

15) Exhibir cómo el equipo de Luis Videgaray operó la condonación fiscal al Estado de México, permitiendo que el gobierno estatal se quedara con impuestos que ya había descontado a sus trabajadores, como fue denunciado en su momento por una coalición ciudadana, encabezada por el hoy miembro del Comité Ciudadano del Sistema Nacional Anticorrupción, Luis Pérez de Acha.

16) Utilizar la alternancia como un acicate para la rendición de cuentas sobre temas pendientes como la Casa Blanca, que involucran a actores mexiquenses. Doblegar a una dinastía política y familiar que se siente intocable, y que por ello actúa al margen de la ley y del escrutinio público.

17) Demostrar que los mexiquenses son capaces de exorcizar al pequeño priista que muchos tienen dentro. Desterrar una cultura de tolerancia frente a los errores del poder, una cultura de pasividad frente a su podredumbre, una cultura de complicidad frente a sus abusos, una cultura de ciudadanos que no saben cómo serlo.

18) Terminar con el “síndrome de Estocolmo” que ha caracterizado al Estado de México; ese que lleva a los mexiquenses a perdonar a sus victimarios, a compadecer a sus torturadores, a solidarizarse con sus exprimidores, a mantener en el poder a quienes han abusado de él. Sacudir el yugo de un priismo que quiere valerse de nuevo de los mexiquenses que secuestra en el camino, engañados, exprimidos, asustados, manipulados.

19) Obligar a la oposición a gobernar mejor de como lo ha hecho en otras latitudes, ofreciendo no sólo sacar al PRI del poder, sino una agenda transformadora y una gestión transparente.

20) Recobrar la dignidad perdida ante un partido y una forma de ejercer el poder que ha convertido a los ciudadanos en pordioseros con la mano extendida, esperando dádivas en lugar de exigir derechos. No más. A patear al PRI entonces el 4 de junio y siempre.